O sorriso de Lilí / Homenaxe a Araceli Herrero Figueroa / Colectivo Egeria
Lilí Herrero, mi amiga
Fue la más generosa de mis amigas, siempre dispuesta a ayudar sin que hubiera que pedírselo. Lo hacía calladamente, sin que te dieras cuenta, siempre atenta a las necesidades de todos, siempre activa, siempre estando ahí para lo que fuera.
Ella me enseñó a amar y a comprender Galicia, me contaba tradiciones y costumbres ancestrales, sobre todo me vienen a la memoria las visitas a las casas de Emilia Pardo Bazán, de Casares Quiroga... Todo lo vivía con intensidad y lo contaba con entusiasmo, incluso los lugares que yo ya conocía con ella cobraban otra dimensión.
Recuerdo aquellas tardes lluviosas de finales de agosto comiendo pistachos y bebiendo el licor café de Humberto en su casa de Coruña, eran tardes apacibles que me inundaban de una gran paz, o las comidas bulliciosas en las que Lilí, rodeada de sus hijos y nietos, me hacía sentir parte de su familia, porque ella todo lo hacía fácil y amable.
El pasear por Coruña hablando de la Marineda, de la Pardo Bazán, o el sentarnos en Bonilla a tomar chocolate… Ella convertía esos momentos en algo muy especial con alguna anécdota o historia gallega.
Querida Lilí, siempre te recordaré sonriendo, con tu mirada franca, de frente, ocupándote de todo. Ser tu amiga ha sido una suerte y un gran privilegio.